miércoles, 30 de marzo de 2016

MODELO DE PARTIDO

La coyuntura actual nos ha situado en un momento histórico crucial para nuestro país y nuestro partido. El resultado de las Elecciones Generales de diciembre de 2015 no deja lugar a dudas de que nuestro partido necesita una regeneración amplia y profunda que debe abarcar diversos ámbitos, desde nuestra forma de comunicar y contactar con la ciudadanía, hasta nuestra estructura interna.
A este último punto dedicaremos esta resolución. Desde hace varios años, muchas son las voces tanto de dentro como de fuera del partido que hablan de una regeneración democrática y de una democratización de la estructura del partido. Nuestra militancia se siente “mayor de edad” en el sentido kantiano del término.
 Quiere tener más protagonismo, más voz, mayor capacidad de decisión y reclama con toda claridad hacer oír su voz en los órganos de decisión del partido. El mundo en que vivimos hoy nada tiene que ver con el de hace treinta y siete años, cuando empezaba nuestra andadura democrática, y mucho menos que ver con la época en la que Pablo Iglesias fundara el PSOE. Hoy en día, los modernos medios de comunicación permiten la expresión directa de todas las personas así como un flujo de información mucho más amplia, diversa y multidireccional. Estos nuevos medios de comunicación han contribuido a democratizar la expresión y difusión de la palabra, de la opinión. Esto sin duda contribuye a un cambio de percepción de la realidad y de mentalidad que debe reflejarse en las estructuras de nuestro partido. La ciudadanía de hoy está acostumbrada a expresarse públicamente a diario y quiere ser escuchada. 
Por otro lado, desde hace algún tiempo nos hemos acostumbrado a ver y oír distintas noticias sobre la corrupción en el seno de los partidos políticos, principalmente en el de los dos partidos tradicionalmente mayoritarios (PP y PSOE). Este continuo flujo ha generado varias reacciones: tendencia a considerar la corrupción como endémica a la política, desilusión, disposición a creer que la acción política no sirve para solucionar los problemas reales de la gente, creencia en que las personas entran en política para su enriquecimiento personal, percepción de que en política siempre están los mismos, propensión a la abstención… Todo ello podemos resumirlo en una expresión muy habitual en los últimos tiempos: desafección por la política. 
 Analizadas de manera somera las características coyunturales del momento histórico en el que nos encontramos, vamos a proceder a exponer nuestra reflexión y propuesta de las líneas de transformación que debe afrontar nuestro partido para adecuarse a los tiempos, responder a las expectativas de nuestra militancia y del conjunto de la ciudadanía y convertirse en un partido moderno que sea fiel reflejo de la sociedad a la que aspira a representar, dirigir y mejorar. En este sentido, desarrollaremos tres líneas de actuación encaminadas a solventar cada uno de las deficiencias detectadas.
1. 2. DEMOCRATIZACIÓN DEL PARTIDO.
3. NUEVAS FORMAS DE COMUNICACIÓN. NO SOLO SE HABLA, TAMBIÉN SE ESCUCHA. 4. REGENERACIÓN DE LAS ESTRUCTURAS. ACABAR CON EL ANQUILOSAMIENTO DE LOS CARGOS. DEMOCRATIZACIÓN DEL PARTIDO. 
Desde hace mucho tiempo, la militancia ha demandado el fin del voto delegado en los órganos de decisión del partido, principalmente en los congresos y para asuntos referidos a la elección de cargos orgánicos principales (Secretaría General) y candidaturas electorales, así como decisiones de gran calado. En este sentido, debemos afirmar que en los últimos tiempos se han dado pasos en la buena dirección, como la celebración de primarias para la elección de la Secretaría General del partido, la candidatura a la Presidencia del Gobierno y a las municipales en localidades de más de 20.000 habitantes. 
Estos avances nos han convertido quizás en el partido que más voz da a sus militantes de manera real y con garantías. Además, debemos valorar como muy positivo el anuncio hecho por nuestro Secretario General, Pedro Sánchez, de consultar a la militancia sobre los posibles pactos a los que sea capaz de llegar para poder crear un gobierno de progreso. Sin embargo y pese a lo dicho, estos pasos no son suficientes. La militancia ansía más capacidad de decisión y de participación, y debemos dársela, pues ella es la base y la razón de nuestra existencia y pervivencia como partido. Las fórmulas de democratización han de ser muy sencillas. Ya no es tiempo de complejas estructuras encaminadas a generar opacidad en los procesos y a burocratizarlos. 
La simplicidad de los procesos también ayudará a mejorar la transparencia de los mismos. En este sentido, proponemos: 
1. El fin del sistema de avales de cara a la presentación de candidaturas personales (secretarios o secretarias generales, cabezas de candidaturas electorales). 
2. Listas abiertas para su votación en las asambleas de cada agrupación. Los candidatos y candidatas se autoproponen o son propuestos a las agrupaciones provinciales por sus agrupaciones locales. Luego, las agrupaciones provinciales hacen pública la lista de posibles candidatos y candidatas, y finalmente, los militantes en sus respectivas agrupaciones los votan a través del procedimiento del voto secreto en urna cerrada. 
3. La realización de consultas a la militancia sobre cuestiones fundamentales: pactos electorales, modelo de país, reformas constitucionales, tratados internacionales, derechos laborales… 
4. Garantizar la presencia con voz propia en los órganos de participación/dirección (Comités y Comité Director en los diferentes ámbitos territoriales), de las diferentes corrientes de opinión reconocidas en el marco estatuario federal. 
5. Flexibilizar las normas que regulan los procedimientos de asambleas comités para favorecer el debate político, propiciando turnos de contra réplica a la dirección. 
 NUEVAS FORMAS DE COMUNICACIÓN. NO SOLO SE HABLA, TAMBIÉN SE ESCUCHA. Debemos aprovechar los actuales canales de comunicación propiciados por las Nuevas Tecnologías de la Comunicación y la Información para acercarnos más a la militancia, en concreto, y a la ciudadanía, en general. Hasta ahora, desde el partido hemos utilizado las Redes Sociales en un sentido anticuado, desfasado, con la misma mentalidad con la que nos enfrentamos a los medios de comunicación tradicionales.
 Estos últimos se basaban en la transmisión unidireccional y masiva de un mensaje exhaustivamente diseñado. Sin embargo, los modernos canales de comunicación posibilitan otros usos y otras formas de comunicación que no responden al modelo anteriormente citado. Las Redes Sociales permiten la personalización de los mensajes que enviamos a la ciudadanía, así como, y esto es lo más interesante, conocer de primera mano sus inquietudes, sus opiniones, sus intereses, sus problemas, sus aspiraciones… Debemos utilizar nuestros canales de redes sociales para recoger propuestas, opiniones, ideas, sugerencias… ciudadanas en los asuntos de relevancia. Nuestra presencia en las redes debe pasar de ser unidireccional a ser multidireccional. Por otro lado, no debemos olvidar que las asambleas del partido también deben seguir siendo un importante foro de debate de cualquier asunto. De hecho, estas deben tomar un papel más activo y relevante. 
REGENERACIÓN DE LAS ESTRUCTURAS. ACABAR CON EL ANQUILOSAMIENTO DE LOS CARGOS. 
A grandes rasgos, podemos clasificar los tipos de cargos relacionados con nuestra acción política en los siguientes: Orgánicos: cargos de dirección del partido. Electos: cargos obtenidos como resultado de unas elecciones por la inclusión en una candidatura. Aquí podemos hacer una subdivisión: - Remunerados. - No remunerados, como puede ser el caso de los concejales en oposición que no sean, a su vez, diputados provinciales. Institucionales: cargos no electos, pero con responsabilidad de gestión (diputados provinciales, delegados provinciales, presidentes de determinadas instituciones como mancomunidades…). El procedimiento de elección de los dos primeros tipos ha quedado claro en el primer epígrafe. 
Lo que debe determinarse en estos casos es el tiempo que una persona puede perpetuarse en un cargo. En este sentido, debemos optar por la limitación a dos legislaturas en el caso de los cargos electos. Además, se debe evitar la profesionalización de la política, es decir, que una persona vaya “saltando” de cargo en cargo y que haga de la política su forma de vida. Muy al contrario, lo que debe propiciarse es la participación de distintas personas y que la renovación sea un proceso constante y continúo en el partido, de modo que se entienda que, más allá de las personas, lo que debe definirnos son las ideas, nuestras propuestas políticas, nuestra capacidad de gestión y de resolución de los problemas de la sociedad. 
De esta manera, las personas que entren en política bajo las siglas del PSOE, ya sea en un cargo electo o institucional, deben asumir que se trata de una responsabilidad con fecha de caducidad. Está claro que se deben arbitrar también medidas encaminadas a evitar que algunos compañeros y compañeras se perpetúen en política pasando de forma continua de cargo en cargo. 30 En el mismo sentido, acabar con las puertas giratorias y la participación en los Consejos de Administración de empresas derivadas de la acción política, debe ser un acto consustancial a la propia política. 

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