miércoles, 30 de marzo de 2016

EUROPA

La UE fue un gran logro que consiguió unir de forma pacífica a los pueblos de diferentes lenguas y culturas, poniendo de manifiesto la posibilidad de compartir un marco de derechos humanos en un continente dominado hasta entonces por el racismo, el homicidio y la barbarie de las guerras. La UE se convirtió en la referencia de las posibilidades de paz, justicia y desarrollo social contra la intolerancia y el conflicto permanente, las culturas nacionales fueron revitalizadas en un espíritu de internacionalismo, desaparición de fronteras, prosperidad compartida y elevados niveles de calidad que cohesionaron a los europeos. Metódicamente, se puso en marcha un proceso de despolitización de la toma de decisiones, el resultado del cual fue un incesante avance hacia la difuminación de la democracia y el encubrimiento de la toma de decisiones en favor de la tecnocracia. Los políticos nacionales fueron espléndidamente recompensados por su aquiescencia a convertir la Comisión, el Consejo, el Ecofin, el Eurogrupo y el BCE en zonas libres de política. Todos los que se opusieron a este proceso de despolitización fueron acusados de “antieuropeos” y tratados con vehemencia. El régimen de crisis, impuesto ya hace ocho largos años y basado en la austeridad, privatiza el bien común y destruye los derechos sociales y laborales en lugar de hacer frente a las causas iniciales de la crisis: la desregulación del sistema financiero y el secuestro corporativo de las instituciones de la UE a través de los lobies y las puertas giratorias propiciados por el neoliberalismo dominante. La UE promueve soluciones falsas y democráticamente cuestionables, negociando con total opacidad, tratados de comercio e inversión como el TTIP, el CETA o el TISA que eliminan lo que consideran barreras al libre comercio: los derechos y normas que protegen a la ciudadanía a las cases trabajadoras, al medioambiental e incluso a la soberanía de los Estados miembros, poniéndose en cuestión con ello la democracia y el Estado de Derecho, fundamentos de la construcción europea., a través de los mecanismos de protección al inversor. La actual UE, gobernada de facto por una tecnocracia al servicio de los poderes económicos y financieros, han provocado el resurgir del fantasma de la extrema derecha y la xenofobia nacionalista en muchos países de la UE, lo que propicia una bochornosa respuesta insolidaria y hasta xenófoba de las instituciones y los Estados miembros. La lamentable reacción de Europa a la crisis humanitaria griega, a los refugiados sirios y a los ataques terroristas en París son ejemplos de lo que sucede cuando la solidaridad pierde su significado y un claro reflejo de un modelo de gobernanza europea fallido, que produce deterioro ético,parálisis político y cuestiona los Tratados de la construcción de Europa. El austericidio está llevando a las economías de la Eurozona hacia el precipicio competitivo. El resultado es el estancamiento y la recesión en los países más débiles, una baja inversión en los países centrales, una desigualdad inenarrable, y una pérdida de la ilusión en todos ellos. Mientras, los estados miembros de la UE que no pertenecen a la Eurozona están alienados y buscan socios e inspiración en otros lugares. Una “Europa” ineficiente, autoritaria y moralmente ilegítima se está fragmentando, desacreditando y provocando un peligroso antieuropeísmo. Los europeos se debaten entre dos falsas opciones: replegarse en su nación-Estado o rendirse a Bruselas. Las consecuencias de este repliegue en la nación-Estado o de aferrarse a la UE existente serán terribles para Europa, para los europeos y para los europeístas. Desde Izquierda Socialista PSOE apostamos por otra Europa, una Europa sin el autoritarismo burgués que la corrompe. La democracia en toda Europa para IS PSOE es un requisito esencial para una Unión Europea que funcione y que prospere, por lo que apostamos por una Europa democrática, social y de derecho basada en el único interés de la representación popular y de la ciudadanía y es por ello, que la Asamblea
 RESUELVE:
 1. Democratizar la UE y abrir un nuevo proceso de construcción de Europa sustentado en la Confederación de Naciones y Estados miembros para un gobierno de los pueblos de Europa, donde la representación parlamentaria sea fruto de la elección directa de la ciudadanía a los diferentes Partidos Europeos.
 2. El mercado único debe incluir mecanismos de defensa de los europeos más débiles y del entorno, mecanismos que tienen que ser democráticamente elegidos y gestionados y que garanticen: 
• Una verdadera Unión Bancaria Europea que integre a todos los Países de la Unión Monetaria, abierta al resto de Países que deseen participar. 
• Una gobernanza económica europea que establezca una verdadera Unión Fiscal,que entre otras funciones luche contra el fraude fiscal y erradicación de los paraísos fiscales con medidas concretas.
• Seguro de desempleo común y financiado con el Presupuesto europeo. 
• Los socialistas no podemos resignarnos a un Banco Central Europeo constreñido en su capacidad e instrumentos de actuación, dominado por el fundamentalismo neoliberal antiinflacionario y gobernado con falta de transparencia y legitimidad democrática. Por ello apoyamos: la reforma de los estatutos del BCE, otorgándole junto a la estabilidad de precios y al mismo nivel de importancia, un mandato explícito para garantizar la estabilidad financiera, prevenir la inflación de activos en la zona euro y promover el desarrollo económico y el empleo. Obligatoriedad de publicar las actas completas y transcritas de las reuniones del Consejo de Gobierno del BCE, en línea con las prácticas de la Reserva Federal Americana.
• La puesta en marcha inmediata de todos los compromisos asumidos en el Pacto Europeo por el Crecimiento y el Empleo, para alcanzar una tasa de 75% de empleo global y del 65% de empleo femenino en 2020. Lanzamiento de una Estrategia Europea de Inversión coordinada para el desarrollo sostenible, innovación, eficiencia energética, renovables, eco-industrias y la economía del conocimiento.
• Medidas específicas dirigidas a combatir el paro juvenil: Transformación del sistema EURES en una verdadera herramienta de empleo y formación europea. Aprobación de un mecanismo que permita no contabilizar, a efectos de los objetivos de déficit, las inversiones dedicadas por los Estados Miembros a la lucha contra el desempleo juvenil.
• El establecimiento común de un Estado del Bienestar básico en Europa y su sostenimiento a través de los presupuestos europeos. Esto no implica recortar derechos, ni reducir prestaciones, sino avanzar hacia políticas sociales más activas, que empoderen a la ciudadanía, que apuesta por la inversión social en educación y en la formación integral de las personas a lo largo de su vida. 
• La integración económica europea no puede basarse exclusivamente en su pilar económico, debe contener una clara dimensión social básica que forme parte de la Constitución y Tratados de la nueva Europa, tales como: un mínimo en cuanto a gasto social destinado en los presupuestos públicos, un SMI y derechos laborales comunes, renta básica familiar común, plan integral de igualdad y contra la violencia machista. 

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