miércoles, 26 de abril de 2017

UN ANÁLISIS CRÍTICO PARA RECUPERAR EL PSOE.


Extracto de la DECLARACION aprobada en la III Conferencia Política de IS PSOE A, MARZO DE 2017.

Habría que preguntarse si, en los casi 138 años de existencia del PSOE todos los cambios realizados han servido para adecuar su organización a cada tiempo histórico para responder a los requerimientos y a las demandas de la ciudadanía en cada etapa. Y vistos los acontecimientos en los que estamos sumergidos actualmente, con la menor tasa de intención de voto de la historia democrática de España y la mayor división interna entre la militancia y la dirección, parece que la respuesta se orienta hacia que no siempre el socialismo democrático ha sabido entender e interpretar con acierto los hechos históricos de cada época.

Siendo conscientes de que el PSOE ha introducido en su dilatada historia reformas en su organización para introducir listas con representación para las minorías, regular las corrientes internas de opinión y formas de participación sectorial, en celebrar Congresos donde se elige de manera directa y separada la Secretaría General, garantizar la igualdad de género en las normas internas o celebrar primarias para elegir a la persona candidata de la Presidencia del Gobierno. No es menos cierto, que no se han realizado los cambios desde  un  análisis crítico de toda una época. Y por ello estos cambios, que debían haber supuesto la modernización del Partido y por ende de la socialdemocracia, han degenerado en la pérdida de democracia interna, (participativa y deliberativa) que nos tiene sumidos en la ruptura del reconocimiento de la militancia como unidad básica del socialismo.

Desde que Felipe González dejó de ser Secretario General en 1997, la deliberación sobre las ideas ha sido sustituida por la búsqueda de liderazgos que marcaran el camino del gobierno y hacer posible el aforismo: “somos un partido de gobierno” y para ello, se ha sorteado la definición y el límite del ideario socialista en beneficio de intereses territoriales y/o personales. Lo que ha llevado a adoptar decisiones verticales en virtud de los intereses de los territorios y sus respectivos liderazgos.

Ha cobrado fuerza la verticalidad en detrimento de la horizontalidad, es decir, la oligarquización en la toma de decisiones ha sustituido a la democracia participativa y deliberativa en los posicionamientos políticos y con ello, la vida interna del partido ha quedado diluida, así como el debate ideológico. Lo realmente importante “el espacio ideológico” ha enmudecido a favor de un modelo presidencialista que lamina cualquier intento de fortalecer la democracia interna.

Lamentablemente, el procedimiento de primarias no ha ayudado a extender la democracia deliberativa en los órganos de decisión, ni ha servido para integrar a las minorías discrepantes en las estructuras orgánicas e institucionales, más bien ha sido utilizada para consagrar al líder y convertir a la militancia en una clase subordinada dependiente. No basta con aseverar: un militante, un voto,  es necesario pero no suficiente para democratizar el partido, sino que se hace necesario establecer mecanismos que garanticen mayores cotas de inclusión en los diferentes ámbitos de la vida orgánica e institucional del Partido.

Igualmente, habría que analizar las causas que propiciaron la pérdida de las elecciones de 1996 y no permitió revalidar un nuevo gobierno de Felipe González. Cierto es que se perdió ante el PP por solo 290.328 votos de diferencia a pesar de lo mucho acaecido durante el periodo de gobierno socialista -renuncia al Programa Máximo, a elaborar una estrategia de tránsito hacia el Socialismo, el  proceso de privatizaciones iniciado con Felipe González y que continua José M.ª Aznar poniendo la propiedad pública de los bienes de producción y servicios en manos privadas o, los escándalos vinculados a la corrupción, tráficos de influencia o extorsión de Estado- lo que hace muy coincidentes a un Partido Socialista y otro conservador.

Quizás estos  hechos propiciaron que en el el 34 Congreso Federal  (junio de 1997) no se trataran las razones de peso por las cuales el PSOE se desplomó en las urnas y dejó de ser el partido de referencia para amplias capas de la sociedad y particularmente, para las clases trabajadoras.


El PSOE ha sido siempre reconocido como el Partido del cambio, de la modernidad, del progreso y de los avances democráticos y sociales y para recuperar el espacio perdido, no podemos dejar de reconocer que existe un amplio consenso social sobre la necesidad de acometer cambios en la forma de ejercer la política y la de definir un proyecto socialista para las clases trabajadoras y la mayoría social centrado en una izquierda transformadora. Máxime cuando corren malos tiempos para las clases trabajadoras en general y particularmente para la militancia socialista, que tras la derrota electoral de 2011 y sucesivas, y a pesar de la tremenda indignación social provocada por las políticas regresivas y antisociales del PP, vemos como el PSOE no solo no recupera la confianza de la ciudadanía, sino que cada día que pasa pierde afiliación, simpatías, votantes y se sumerge en un proceso de degradación y descrédito ante la militancia.

Es lógico que así ocurra porque el Partido no plantea a la sociedad auténticas alternativas al liberalismo imperante, más bien todo lo contrario, hasta facilitar el gobierno la la derecha más corrupta de la democracia española.

La ciudadanía no percibe diferencias entre las recetas del PP y los parches a esas recetas que estamos planteando, observan que hemos perdido la iniciativa política y desconfían porque cuando gobernamos observan complacencia con el ideario neoliberal que debilita nuestra acción política para hacer efectivos nuestros programas electorales y caemos en contradicciones difíciles de asimilar, porque incrementan las desigualdades.  No hacemos en el gobierno lo que se dice que se va a hacer cuando se está en la oposición, mostrando buena cuenta de ello tras los acontecimientos precipitados en el Comité Federal del pasado 1 de Octubre y posterior, en el que es obligado a dimitir, en primera instancia,  al primer Secretario General de la historia elegido por sufragio universal de la militancia y la posterior abstención para favorecer el gobierno del PP.

Da la sensación que las direcciones del Partido desde 2011, han estado y están instaladas en la inacción, en dejar pasar el tiempo, a ver si el tiempo trae soluciones y una nueva oportunidad de gobernar mientras estamos instalados en la que llaman una oposición responsable, para demostrar que somos un partido de gobierno.

Debemos de rescatar la iniciativa política, el tiempo de actuar, de llevar  a cabo todas aquellas reformas y adaptaciones internas que permitan que el PSOE siga siendo una organización útil para las clases trabajadoras y una organización que de respuestas adecuadas a las expectativas de participación y compromiso de la militancia y del conjunto de la ciudadanía.

miércoles, 12 de abril de 2017

PROPUESTAS PARA ORGANIZAR UN NUEVO MODELO DE PARTIDO


El PSOE es un partido marcado por un vasto carácter federalista en su composición y estructura territorial y en sus principios políticos, por lo que hay que aplicar dichos principios a todos los niveles, garantizando que las decisiones y opiniones de las direcciones políticas e institucionales se vayan conformando con las que surgen libremente desde las bases. La democracia orgánica en un partido democrático, no solo se mide por su naturaleza representativa sino también por su carácter participativo y deliberativo formando parte de un todo  indivisible.

Hemos de situarnos en la realidad de los nuevos paradigmas del siglo XXI, con los valores propios del socialismo: el internacionalismo humanista y el respeto universal a la diversidad y a toda la ciudadanía. Para ello, la articulación de una potente ala de izquierdas en el PSOE reequilibraría esos déficit y motivaría a un electorado muy ampliamente alejado de las posiciones  supremas en la dirección del Partido.

Además la actual coyuntura, en la que venimos perdiendo base electoral elecciones tras elecciones, militantes, espacio político en el nuevo espectro social invita a considerar indispensable  una amplia regeneración y transformación que debe abarcar diversos ámbitos, desde la manera de interpretar la política, pasando por la forma de comunicarnos, relacionarnos y contactar con la sociedad, hasta la estructura interna de funcionamiento.

Muchas son las voces que desde dentro y fuera del Partido vienen reclamando una regeneración democrática y la democratización de la estructura de funcionamiento. Nuestra militancia se siente mayor de edad, con mayor capacitad de decisión y reclama con claridad hacerse oír en los órganos de decisión y debate.

El mundo en el que vivimos hoy, nada tiene que ver con el del inicio de la andadura democrática vigente. Hoy en día los modernos medios de comunicación permiten la expresión directa e inmediata de las personas, así como un flujo de información mucho más ágil, amplio, diverso y multidireccional. Estos nuevos medios de comunicación de masas contribuyen a democratizar la expresión y difusión de la palabra, de la opinión, lo que aporta una nueva percepción de la realidad que debe verse reflejada en las estructuras de nuestro Partido. La ciudadanía de hoy, y la militancia socialista no es menos, se ha acostumbrado a expresarse públicamente y a diario y quiere ser oída.

Por otra parte, la corrupción en todos los ámbitos y particularmente en el seno de los partidos, ha generado entre otras, la tendencia a considerarla como un mal endémico a la política que desilusiona, desacredita la acción política y se tiene la percepción de que no forma parte de la solución de los problemas, por lo que se abunda en la desafección social.

La incidencia que la coyuntura histórica en la que nos encontramos tiene sobre el conjunto  de la sociedad, sobre la política como acción transformadora para el bienestar y sobre los partidos como herramientas para mejorar las condiciones de vida de la ciudadanía, es momento de afrontar con energía y voluntad las propuestas de transformación que debe afrontar nuestro partido para adecuarse a los tiempos, responder a las expectativas de nuestra militancia y del conjunto de la ciudadanía para convertirse en un partido moderno que sea fiel reflejo de la sociedad a la que aspira representar, dirigir y mejorar.

Propuestas:

Desde hace mucho tiempo, la militancia viene demandando el fin del voto delegado en los órganos de decisión, principalmente en los congresos, y para asuntos referidos a la elección de cargos orgánicos principales (secretaría general y candidaturas electorales), así como la toma de decisiones de gran calado, por lo que hay que favorecer que los órganos de dirección del partido a todos los niveles, estimulen el debate democrático abierto a la participación, así como a la necesaria renovación de ideas y de personas.

En los últimos tiempos se han dado pasos en la buena dirección, como la celebración de primarias para la elección de la secretaria general, la candidatura a la presidencia del gobierno y a las municipales en municipios mayores de 20.000 habitantes. Avances que nos han convertido en el partido que más voz ha dado a la militancia de manera real y con garantías, sin embargo no es suficiente porque la militancia ansía más capacidad de decisión y de participación que debe hacerse efectiva, pues es la base y la razón de la existencia y pervivencia del partido. En este sentido, la elección de cargos de representación institucional y orgánicos deben ser elegidos en primarias y listas abiertas, mediante voto individual, directo y secreto de cada militante, reptándose las plazas a la paridad y la juventud.

Garantizar el pluralismo interno y el respeto a las minorías en todos los órganos ejecutivos, deliberantes y de control del Partido. Para  ello se aplicarán formulas de mayoría corregida que permitan integrar la diversidad, teniendo en cuenta criterios de proporcionalidad, para evitar monopolios y exclusiones.

Elección mediante el método de PRIMARIAS de las candidaturas a cargos públicos u orgánicos representativos: Las elecciones primarias internas se deben utilizar para elegir a las personas que deban ocupar la Secretaría General del Partido. Para la presidencia  del Gobierno, y de Comunidades Autónomas y Alcaldías de poblaciones de más de 10.000 habitantes. Han de ser abiertas y a dos vueltas cuando se presenten tres o más candidatos.

En todos los casos, las primarias no deben exigir la presentación de avales de la militancia del censo real de cada ámbito que corresponda en cada proceso, por lo que se hace indispensable una correcta actualización de los censos de militantes y transparencia en el uso de los mismos.

Elección de los cargos de representación orgánica e institucional por el sistema de listas abiertas en las asambleas de cada agrupación con factor de corrección:  Los/as candidatos se autoproponen o son propuestos a las agrupaciones provinciales por sus agrupaciones locales. Luego las agrupaciones provinciales hacen públicas las listas de posibles candidatos/as y finalmente la militancia en sus respectivas agrupaciones los votan a través del procedimiento del voto secreto y en urnas.

Garantizar la participación de la militancia realizando consulta sobre cuestiones fundamentales no contenidas en las resoluciones de los congresos ni en los programas electorales, tales como pactos electorales, modelo territorial, reformas constitucionales, etc. que se pronunciará mediante votación individual, directa y secreta.

Reconocer la pluralidad y diversas sensibilidades internas en el Partido y favorecer la organización de Corrientes de Opinión, para lo que sería preciso dotarse de un Estatuto de las Corrientes de Opinión del PSOE, en desarrollo del Art 4 de los actuales Estatutos Federales del partido y garantizar la presencia con voz propia en los órganos de participación y dirección en los diferentes ámbitos territoriales.

Modificar y flexibilizar los reglamentos de Asambleas y demás órganos de participación y decisión para favorecer el debate político, garantizar la pluralidad, la participación, la información y el control de los militantes y propiciar doble turno de réplicas de la militancia.

Aplicar el principio de incompatibilidad de cargos orgánicos e institucionales en los mismos ámbitos evitando la acumulación y concentración de poder en pocas manos. -Solamente se podrá desempeñar un cargo de dirección orgánica y un cargo de representación institucional. Nada más se podrá pertenecer a una ejecutiva (federal, autonómica, provincial o local/municipal) y a un comité (federal,autonómico o provincial).

Limitación de mandatos, tanto institucionales como orgánicos, a un máximo de 2 mandatos y 8 años. Se establece un límite de dos mandatos o legislaturas consecutivas, para todos los cargos de representación institucional en circunscripciones de más de 10.000 habitantes.

Obligatoriedad de que todos los cargos públicos y orgánicos del Partido rindan cuentas de su gestión ante los órganos que los han elegido y, establecer y regular la capacidad de la propia militancia para revocar los cargos electos aún dentro del período para el que fueron elegidos.

Realización de asambleas abiertas y periódicas, para la militancia y ciudadanía en general, sobre temas de actualidad y de interés social en cada ámbito.

Establecer planes de trabajos periódicos en cada agrupación socialista (Casas del Pueblo) que contengan como mínimo para la militancia y simpatizantes la formación política y el conocimiento de la historia del Partido, así como  que posibilite la participación ciudadana y el desarrollo de actividades para lo que se recomienda, crear en cada Agrupación Local una asociación cultural que lleve el nombre común de “Casa del Pueblo”, abiertas a la ciudadanía progresista, para organizar actividades culturales, de formación, con los jóvenes y con la colaboración de movimientos ciudadanos, ONG’s, asociaciones vecinales, culturales o formativas.

Favorecer la participación de la ciudadanía en la vida del partido mediante un censo de simpatizantes actualizable anualmente. Los simpatizantes tendrían derecho a voto en las elecciones primarias a cargos institucionales y, también derecho a voz para expresar sus ideas, propuestas e inquietudes en el seno del Partido.

Aplicar una amnistía general para todas y todos aquellos/as compañeros/as que han sido sancionados por motivos de conciencia, incluyendo el sobreseimiento y archivo de todos los expedientes que por esos motivos estén en curso actualmente. Las sanciones, a los cargos orgánicos y/o de representación institucional, que la Comisión de Ética y Garantías hubiese decidido su cese y/o expulsión del partido deberá ser previamente ratificada esta medida, para ser efectiva, por los militantes a través de una consulta.

Respecto del modelo de Estado todos los partidos federados de las regiones o nacionalidades o con acuerdos, pactos o protocolos federales con el PSOE, tanto sus organizaciones como militantes, acatarán y defenderán la concepción federal del Estado español.

Los partidos federados de las regiones o nacionalidades o con acuerdos, pactos o protocolos federales, en sus respectivos congresos podrán aprobar lo que consideren adecuado o conveniente en sus normas de organización, en el marco de una relación federal, siempre y cuando no vayan en contra de los estatutos federales.

Los cargos de dirección orgánica y de representación institucional del PSOE y de los partidos federados no podrán tener una relación directa o indirecta, ni sus familiares de primer grado, con aquellas empresas o entidades privadas, sobre las que hubiesen tomado decisiones en un plazo de diez años.

viernes, 7 de abril de 2017

REORGANIZAR EL PSOE PARA RECONSTRUIR LA SOCIALDEMOCRACIA Y LA IZQUIERDA

Nos encontramos en una etapa de la historia donde el neoliberalismo ha impuesto su modelo capitalista y político y ha generado la conciencia colectiva de que es la única alternativa viable para el crecimiento económico y el desarrollo social, desplazando a la izquierda en general y al socialdemocracia en particular del atisbo de alternativa viable ante las desalmadas políticas de la derecha. Lo que nos sitúa en una necesaria reconstrucción ideológica del proyecto socialista y de la izquierda, que debe pasar por recuperar la identidad y los valores históricos del socialismo democrático.

Para ello, parece necesario renovar los equipos procediendo al relevo de dirigentes y adecuar con profundidad el funcionamiento interno del Partido. Pero volveríamos a cometer un nuevo error que nos alejaría de la realidad social, si -con el pretexto de mirar al futuro o hacer un PSOE fuerte y unido desde la visión sesgada de la actual élite dirigente- se impone una fallida salida a la actual crisis política y orgánica e incongruente con el compromiso socialista.

La democracia interna y el funcionamiento orgánico del partido, debe corresponderse con su trayectoria histórica de partido abierto, plural y participativo, donde las diferentes sensibilidades contrastan propuestas y se integran en una decisión adoptada democráticamente, sin que la opinión mayoritaria excluya la integración de las aportaciones minoritarias , al corresponderse con los intereses y propuestas del bloque social de progreso que nos apoya.

En ningún momento, el PSOE debe reconocer ni aceptar liderazgos mesiánicos que suplanten a los principios ideológicos y a los principios democráticos. Las adhesiones y fidelidades personales inquebrantables basadas en intereses diversos, debían desaparecer definitivamente del escenario orgánico y político en el PSOE.

Nuestras carencias internas trascienden hasta la ciudadanía y producen un preocupante desinterés y desconfianza social hacia el Partido y los partidos en general y profundiza en la mala imagen de la política, suponiendo un déficit democrático insostenible y de peligroso alejamiento de la ciudadanía y la militancia. Una organización que renuncia a incidir en su entorno más inmediato o que sea percibida con desconfianza y como parte del problema por la ciudadanía, no tiene sentido y no tiene soporte estatutario en el PSOE. Se trata de devolver la ilusión en un verdadero proyecto de izquierdas a la militancia, simpatizantes  y votantes socialistas y al conjunto de las clases trabajadoras para que éstos vuelvan a sentirse motivados para transmitir las ideas de progreso y cambio hacia su entorno más inmediato.

Se trata por tanto, de la necesidad de ampliar la democracia interna, participativa y deliberativa y, que todos y cada uno de los órganos de dirección recuperen y ejerzan plenamente, con el rigor de la ética, las funciones que tienen encomendadas. Las comisiones ejecutivas no tienen encomendada entre sus funciones el suplantar otros órganos superiores de participación y decisión del partido. La totalidad de los poderes del Partido no deben acumularse en las figuras de las secretarías generales y sus ejecutivas y menos aún, concentrase en la figura de uno o varios candidatos electorales o personas ya elegidas, quienes desde arriba impartirán la verdad absoluta. Las comisiones ejecutivas en sus diferentes ámbitos, deben ser la expresión