domingo, 22 de enero de 2017

Resolución de la coordinadora territorial IS PSOE ANDALUCÍA

Reunida la Coordinadora Territorial de IS-PSOE A, en la Casa del Pueblo de la Agrupación Municipal de Jerez de la Frontera (Cádiz) el día 21 de enero de 2017, acuerda la siguiente

RESOLUCIÓN

Desde el fatídico Comité Federal del 1 de Octubre de 2016, cada Comité celebrado ha sido un espectáculo. Se  ha pasado por el “YO SOY LA MÁXIMA AUTORIDAD”, transitado hacia el conservadurismo político favoreciendo el gobierno del PP con la abstención en la investidura de Rajoy, acosado y sancionando a quienes mantuvieron con dignidad la posición ideológica del “NO” imponer al Grupo Parlamentario ordenes para pactar con la derecha a costa de romper acuerdos parlamentarios propiciados por la mayoría social (SMI) incluido el propio PSOE; hasta llegar al “YO SOY LOS ESTATUTOS” que no admite votar un calendario de Primarias y Congreso diferente al que obedece a los particulares intereses de la gestora y de la élite que les apoya, aún a sabiendas de que se calendariza mal y tarde ya que cada día que pasa, mayor es la perdida de apoyo social, de desencanto, de desafección y de división interna.

Todo este cúmulo de despropósitos mantendrá al Partido 9 meses descabezado de liderazgo, sin legitima dirección orgánica, falto de identidad ideológica y de proyecto político, girado hacia el conservadurismo y peligrosamente irrespetuoso con la democracia parlamentaria y con los sindicatos, (con la democracia interna ya lo es) al desvincularse del acuerdo mayoritario sobre SMI para 2017 aprobado por la mayoría de izquierdas, incluidos los votos del PSOE, para pactar uno SMI distinto  con el PP.

Todo esto genera un contexto de extraordinaria dificultad para el Partido, además de una división interna y con el electorado de la izquierda sin precedentes en la historia del PSOE que  propicia un plácido gobierno de la derecha, que fortalece al PP y es percibido como única opción de gobierno viable según muestran las encuestas.

Da la sensación de que la actual dirección provisional y las élites que las apoya, tienen como objetivo validar la gran coalición de intereses constitucionales que propuso Rajoy y liderar la oposición.

En esta senda de desatinos, además se hace una interpretación autoritaria de las pautas que deben regir la conducta de la militancia, pretendiendo silenciarla o bien, establecer un voz uniforme sometida a los intereses que representa la gestora, produciendo con ello la reacción contraria: una eclosión espontánea de las bases, -de la que IS PSOE A forma parte, sino estimulado su constitución en plataformas-, que no reconoce, ni se reconoce en la gestora ni en la oligarquía que le apoya, manteniendo una posición exigente ante la urgente restitución de la legitimidad orgánica y funcional del Partido y crítica contra el golpe asestado a la democracia  interna que posibilitó la elección del Secretario General.

Se han utilizado malas artes por parte de la gestora y de cierta élite conservadora socialista contra la militancia al calificarla como “insignificante” en la vida orgánica e institucional del Partido y al mostrarse “indiferentes” ante una posible desafiliación masiva, que ha llevado a la proliferación de descalificaciones mutuas inadmisibles y que debemos de censurar.

En Andalucía la  situación general del Partido la vive IS – PSOE A  con doble desolación, por la actitud que el PSOE A - la mayor federación socialista de España - ha adoptado y por ser la instigadora de la profunda crisis interna que padecemos.

El absoluto abandono del debate político y la usurpación por parte de la dirección regional de la voluntad colectiva de la militancia al no convocar el Comité Regional, no promover la convocatoria de los Comités Provinciales ni asambleas deliberativas en las diferentes agrupaciones y, sustituirlo por reuniones informativas para justificar el golpe dado, veladas amenazas e intimidaciones a cierta militancia, especialmente a aquella que desoyendo la voz autoritaria de la CER realizó sus comités provinciales o asambleas para debatir y posicionar a las agrupaciones en defensa de la legitimidad estatutaria y la honorabilidad ideológica es muy preocupante, porque la CER se suroga atribuciones políticas que corresponden al Comité Regional.

Ante estos hechos la militancia ha reaccionado en defensa de su dignidad como socialistas, por un proyecto y partido político de izquierdas a través de las plataformas constituidas en todos los rincones de Andalucía como en el resto de España, en algunos casos impulsada desde IS A, y están realizando una importante labor de difusión y unión ante la falta de legitimidad moral de la actual dirección provisional.

En relación al proceso de primarias abierto para la elección de la Secretaría General  y a las posibles candidaturas y propuestas que puedan presentarse, IS -PSOE A exige total neutralidad y transparencia de las respectivas direcciones y propondrá su apoyo a la candidatura que apueste por un proyecto genuinamente socialista, progresista en su praxis, honesto y éticamente comprometido con la mayoría social. Por tanto, quien deba liderar el Partido tiene que salir de entre quienes han defendido los postulados del “NO” a facilitar el gobierno de la derecha y garantizar el levantamiento de las sanciones a los diputados y diputadas que se han mantenido en esa posición.

lunes, 16 de enero de 2017

Ponencia Orgánica

INTRODUCCIÓN.-

Habría que preguntarse si, en los casi 137 años de existencia del PSOE todos los cambios realizados han servido para adecuar su organización a cada tiempo histórico para responder a los requerimientos y a las demandas de la ciudadanía en cada etapa. Y vistos los acontecimientos en los que estamos sumergidos actualmente, con la menor tasa de intención de voto de la historia democrática de España y la mayor división interna entre la militancia y la dirección, parece que la respuesta se orienta hacia que no siempre el socialismo democrático ha sabido entender e interpretar con acierto los hechos históricos de cada época.

Siendo conscientes de que el PSOE ha introducido en su dilatada historia reformas en su organización para introducir listas con representación para las minorías, regular las corrientes internas de opinión y formas de participación sectorial, en celebrar Congresos donde se elige de manera directa y separada la Secretaría General, garantizar la igualdad de género en las normas internas o celebrar primarias para elegir a la persona candidata de la Presidencia del Gobierno. No es menos cierto, que no se han realizado los cambios desde  un  análisis crítico de toda una época. Y por ello estos cambios, que debían haber supuesto la modernización del Partido y por ende de la socialdemocracia, han degenerado en la pérdida de democracia interna, participativa y deliberativa que nos tiene sumido en la ruptura del reconocimiento de la militancia como unidad básica del socialismo.

En este sentido, hace ya mucho tiempo que en los Congresos no se discute sobre la viabilidad del Socialismo Democrático como proyecto político trasformador, de su capacidad o incapacidad de atraer a la mayoría social de la población.

Desde que Felipe González dejó de ser Secretario General en 1997, la deliberación sobre las ideas ha sido sustituida por la búsqueda de liderazgos que marcaran el camino del gobierno y hacer posible el aforismo: “somos un partido de gobierno” y para ello, se ha sorteado la definición y el límite del ideario socialista en beneficio de intereses territoriales y/o personales. Lo que ha llevado a adoptar decisiones verticales en virtud de los intereses de los territorios y sus respectivas “baronías”.

Ha cobrado fuerza la verticalidad en detrimento de la horizontalidad, es decir, la oligarquización en la toma de decisiones ha sustituido a la democracia participativa y deliberativa en los posicionamientos políticos y con ello, la vida interna del partido ha quedado diluida, así como el debate ideológico. Lo realmente importante, el espacio ideológico ha enmudecido a favor de un modelo presidencialista que lamina cualquier intento de fortalecer la democracia interna.

Lamentablemente, el procedimiento de primarias no ha ayudado a extender la democracia deliberativa en los órganos de toma de decisión, ni ha servido para integrar a las minorías discrepantes en las estructuras orgánicas e institucionales, más bien ha sido utilizada para consagrar al líder y convertir a la militancia en una clase subordinada dependiente. No basta con aseverar: un militante, un voto,  es necesario pero no suficiente para democratizar el partido, sino que se hace necesario establecer mecanismos que garanticen mayores cotas de inclusión en los diferentes ámbitos de la vida orgánica e institucional del Partido.

Igualmente, habría que analizar las causas que propiciaron la pérdida de las elecciones de 1996 y no permitió revalidar un nuevo gobierno de Felipe González. Cierto es que se perdió ante el PP por solo 290.328 votos de diferencia a pesar de lo mucho acaecido durante el periodo de gobierno socialista -renuncia al Programa Máximo, a elaborar una estrategia de tránsito hacia el Socialismo, el  proceso de privatizaciones iniciado con Felipe González y que continua José M.ª Aznar poniendo la propiedad pública de los bienes de producción y servicios en manos privadas o, los escándalos vinculados a la corrupción, tráficos de influencia o extorsión de Estado- lo que hace muy coincidentes a un Partido Socialista y otro conservador.

Quizás estos  hechos propiciaron que en el el 34 Congreso Federal  (junio de 1997) no se trataran las razones de peso por las cuales el PSOE se desplomó en las urnas y dejó de ser el partido de referencia para amplias capas de la sociedad y particularmente, para las clases trabajadoras.

El PSOE ha sido siempre reconocido como el Partido del cambio, de la modernidad, del progreso y de los avances democráticos y sociales y para recuperar el espacio perdido, no podemos dejar de reconocer que existe un amplio consenso social sobre la necesidad de acometer cambios en la forma de ejercer la política y la de definir un proyecto socialista para las clases trabajadoras y la mayoría social centrado en una izquierda transformadora.

Máxime cuando corren malos tiempos para las clases trabajadoras en general y particularmente para la militancia socialista, que tras la derrota electoral de 2011 y sucesivas, y a pesar de la tremenda indignación social provocada por las políticas regresivas y antisociales del PP, vemos como el PSOE no solo no recupera la confianza de la ciudadanía, sino que cada día que pasa pierde afiliación, simpatías, votantes y se sumerge en un proceso de degradación y descrédito ante la militancia.

Es lógico que así ocurra porque el Partido no plantea a la sociedad auténticas alternativas al liberalismo imperante, más bien todo lo contrario, hasta facilitar el gobierno la la derecha más corrupta de la democracia española.

La ciudadanía no percibe diferencias entre las recetas del PP y los parches a esas recetas que estamos planteando, observan que hemos perdido la iniciativa política y desconfían porque cuando gobernamos observan complacencia con el ideario neoliberal que debilita nuestra acción política para hacer efectivos nuestros programas electorales y caemos en contradicciones difíciles de asimilar, porque incrementan las desigualdades (privatizaciones, bajadas de impuestos, desregulaciones financieras y laborales, etc): No hacemos en el gobierno lo que se dice que se va a hacer cuando se está en la oposición, mostrando buena cuenta de ello tras los acontecimientos precipitados en el Comité Federal del pasado 1 de Octubre y posterior, en el que es obligado a dimitir, en primera instancia,  al primer Secretario General de la historia elegido por sufragio universal de la militancia y la posterior abstención para favorecer el gobierno del PP.

Da la sensación que las direcciones del Partido desde 2011, han estado y están instaladas en la inacción, en dejar pasar el tiempo, a ver si el tiempo trae soluciones y una nueva oportunidad de gobernar mientras estamos instalados en la que llaman una oposición responsable, para demostrar que somos un partido de gobierno.

Debemos de rescatar la iniciativa política, el tiempo de actuar, de llevar  a cabo todas aquellas reformas y adaptaciones internas que permitan que el PSOE siga siendo una organización útil para las clases trabajadoras y una organización que de respuestas adecuadas a las expectativas de participación y compromiso de la militancia y del conjunto de la ciudadanía, por lo que se hace preciso reconocer la vigencia del Programa Máximo.

El PSOE desde su fundación, siempre tuvo un Programa Máximo, breve pero muy claro, decantándose a favor de una sociedad sin clases, por la propiedad social de los medios de producción y de consumo, para lo cual es indispensable lograr el poder político de la clase obrera.

RECUPERAR EL PSOE PARA REGENERAR LA POLÍTICA.

El estallido de la crisis, que ha puesto en entredicho todo el proyecto social del Estado de Derecho,  ha causado una enorme regresión y desigualdad en la sociedad y generado un profundo dolor entre las clases trabajadoras y más desfavorecidas, también ha puesto de manifiesto ante la ciudadanía muchas carencias, renuncias, cobardías y hasta connivencias o incapacidad política que dieran un respuesta adecuada y justa. Pero lo peor de ello, es que  se hace el análisis de la lógica del sistema afirmando que proviene de los postulados de la propia economía y lo hemos aceptado, cuando el problema no es tanto la economía como las decisiones tomadas por los gobiernos y la carencia de alternativas de transición para el reparto y redistribución de la riqueza, el control social de los medios de producción y un desarrollo más sostenible y equitativo, habiendo alternativa por la izquierda que sitúe a las políticas y a las políticas públicas como impulsoras de progreso económico y social.

Ello ha propiciado que la ciudadanía de diversa procedencia  aglutinada en diferentes plataformas, mareas o círculos, etc, manifestara un evidente rechazo no solo a las políticas aplicadas, sino al carecimiento de alternativas que propicia  sometimiento de los mercados, devaluación democrática y por ende, rechazo a la práctica política al uso de partidos y políticos.

Critican que sus representantes políticos no mantengan la coherencia y formulen alternativas sólidas y válidas para el bienestar de todos, descalifican comportamientos de cargos públicos que se aferran a privilegios y eluden el control social que resultan inadecuados en los representantes de la soberanía popular.

Es una llamada de atención que los socialistas no nos podemos permitir y ante la que es indispensable reaccionar desde los valores históricos del socialismo democrático, planteando las alternativas e iniciativas que sintonicen nuevamente con la mayoría social que rechaza privilegios, que pide transparencia y control frente a la imposición de los poderes opacos y de los intereses de los poderosos. Quiere que se aclaren responsabilidades sobre las decisiones y gestiones de las entidades financieras y otros ámbitos causantes de la crisis, reclama honestidad, ejemplaridad, compromiso y rendición de cuentas a gobernantes y cargos públicos y pretenden acentuar la acción pública y colectiva para transformar la sociedad.

No seremos alternativa creíble sin recuperar el pleno sentido de la política democrática como compromiso ético y cívico con la voluntad general y el bien común, siendo necesaria una profunda rectificación en el ámbito político y orgánico para reiniciar el proyecto socialista, recuperar compromisos con la izquierda para liderar la salida de la crisis, reconstruir el Estado social y democrático que el PP ha destrozado, reafirmar los valores de la igualdad real que supone el  republicanismo y laicismo y plantear un federalismo cooperativo e integrador en la toma de decisiones y de representación en los órganos de participación y decisión interna del partido.

Tenemos que incorporar en la conciencia colectiva de la ciudadanía que para los socialistas, la transparencia y la rendición de cuentas son bases incuestionables de regeneración de la política y por ello, reconstruir el PSOE es cambiar el funcionamiento del Partido y acentuar la democracia interna en el debate y la toma de decisiones, con más autocrítica, confrontación interna de ideas y posiciones, contrastes de alternativas para que desde la pluralidad de sensibilidades y propuestas conformar el proyecto convergente y la estrategia de equipos y liderazgos.

Las fuertes derrotas electorales desde 2011 ponen en cuestión una de las bases principales de la actual Gestora (dirección), que el PSOE no puede ser solo un partido de cuadros, sino que debe seguir desarrollándose en/y con su origen obrero y de lucha de las clases populares por la igualdad, la libertad y la justicia social. Hacen muy necesaria la autocrítica y nos sitúan ante la enorme responsabilidad de refundación de la socialdemocracia y la izquierda y la recuperación de nuestros valores e identidad, de reformulación de nuestro proyecto socialista, de renovar equipos,proceder al relevo de dirigentes y de cambiar profundamente el funcionamiento de nuestro Partido para abordar nuevos tiempos, nuevos retos y liderar alternativas de progreso social y económico.

Recuperar la credibilidad de la sociedad en el PSOE, nos debe obligar a actuar en coherencia entre ideología y praxis en la línea de la declaración de principios y valores socialistas, trabajar por la acción transformadora de la política para el bienestar y el progreso de la gente y reconocer que estamos en el umbral de un cambio social con nuevos paradigmas de representación y participación ciudadana, por lo que no podemos estar ausentes de las reivindicaciones que expresan muchos de los grupos y plataformas cívicas, a las que hemos de exponer nuestras iniciativas, sugerencias y en muchos de los casos, trabajar con ellos y asumir sus propuestas.

UN PARTIDO ABIERTO, PLURAL, PARTICIPATIVO Y DEMOCRATICO

Los socialista somos parte de la ciudadanía que expresa su decepción por la ausencia de alternativas al retroceso que nos aboca el neoliberalismo económico y político, por ello hemos de recuperar el espacio y credibilidad perdida y  reencontrarnos con los sectores sociales de los que nacen y a los que se dirigen las políticas pensadas desde la izquierda.

Hemos de abordar con determinación nuestras insuficiencias y  resolver los problemas planteados con más democracia. La ciudadanía ademas de tener el derecho de elegir a sus representantes públicos, tiene derecho a participar en la elaboración de las políticas y los dirigentes tienen la obligación de respetar los programas electorales y responder de sus actos.

La dignidad de las personas, el progreso colectivo y la justicia social son irrenunciables. Y si una Ley o norma  no resultan ya adecuadas para los intereses colectivos, hay que cambiarlas. Igualmente hay que superar las restricciones impuestas al sistema democrático establecidas hace ya más de tres décadas en Constitución del 78, sobre las que los diferentes gobiernos del PP han profundizado.

Cambiar la legislación electoral y de toma de decisiones haciéndola más democrática y participativa, con limitaciones de mandatos, listas abiertas, segundas vueltas y referéndum vinculantes, contribuiría a una mayor transparencia institucional, a mejorar la democracia interna en los partidos políticos y a recuperar los vínculos entre representantes y representados.

La militancia socialista con su trabajo y sacrificio, somos los depositarios de una tradición histórica de lucha por la paz, la democracia, la libertad, la justicia social y la igualdad. Hoy mas que nunca, la militancia debe tomar la palabra y romper las barreras internas que restringen la participación. Estamos comprometidos con los valores socialistas y queremos elegir de forma directa y a todos los niveles, a nuestros dirigentes y representantes con claras convicciones de izquierda para un mundo mejor.

Las clases trabajadoras, los intelectuales, el pueblo en general necesitan al PSOE, más PSOE, y solo la militancia, los simpatizantes y los sectores populares de izquierdas son dueño de sus destinos. Hay por tanto motivos para luchar y para la esperanza, recuperando el potencial movilizado del socialismo democrático para vertebrar la mayoría social de izquierdas. Para lo que es preciso una transformación en profundidad de nuestra organización y activar todas sus potencialidades.

El PSOE debe dejar de ser un partido solo de cuadros y dirigentes y fortalecer su base en el movimiento obrero y la lucha de clases por la igualdad,  la libertad, la equidad y la justicia social, porque somos un partido de masas comprometido con la mayoría social, plural por la emancipación, la transformación y el progreso social.

En consecuencia con ello, la democracia interna y el funcionamiento orgánico tiene que corresponderse con nuestra historia d partido abierto, participativo, donde las propuestas se debatan, se integran y se transforman en decisiones adoptadas democráticamente, sin que la opinión de la mayoría excluya la integración de las minorías internas, pues el bloque social que nos apoya se compone de grupos diversos con propuestas e intereses plurales.

Es un tremendo error orientar el funcionamiento del Partido desde un liderazgo presidencialista y su entorno de centralidad de las decisiones, la acción y los mensajes. Ello impide la iniciativa y la capacidad de propuestas de la militancia y simpatizantes, además de reducir la pluralidad interna del Partido como generadora de ideas, iniciativas y propuestas y nos desconecta de la mayoría progresista y de cambio social.

Si las bases dejan  de ser referentes sociales del proyecto socialista si se adulteran los valores del socialismo democrático y adulteran, según intereses, las resoluciones de los Congresos y órganos de decisión y se difuminan las estrategias y objetivos, se prolongará la desafección ciudadana, lo que acarrea su retracción y conduce a permanentes derrotas electorales.

REORGANIZAR EL PSOE PARA REFUNDAR LA SOCIALDEMOCRACIA Y LA IZQUIERDA

Nos encontramos en una etapa de la historia donde el neoliberalismo ha impuesto su modelo capitalista y político y ha generado la conciencia colectiva de que es la única alternativa viable para el crecimiento económico y el desarrollo social, desplazando a la izquierda en general y al socialdemocracia en particular, del atisbo de alternativa viable ante las desalmadas políticas de la derecha. Lo que nos sitúa en una necesaria refundación del proyecto socialista y de la izquierda, que debe pasar por recuperar la identidad y los valores históricos del socialismo democrático.

Para ello, parece necesario renovar los equipos procediendo al relevo de dirigentes y adecuar con profundidad el funcionamiento interno del Partido. Pero volveríamos a cometer un nuevo error que nos alejaría de la realidad social, si -con el pretexto de mirar al futuro o hacer un PSOE fuerte y unido desde la visión sesgada de la actual élite dirigente- se proyecta el criterio de la nacionalidad y se impone una fallida salida a la actual crisis política y orgánica e incongruente con el compromiso socialista.

La democracia interna y el funcionamiento orgánico del partido, debe corresponderse con su trayectoria histórica de partido abierto, plural y participativo, donde las diferentes sensibilidades contrastan propuestas y se integran en una decisión adoptada democráticamente, sin que la opinión mayoritaria excluya la integración de las aportaciones minoritarias , al corresponderse con los intereses y propuestas del bloque social de progreso que nos apoya.

En ningún momento, el PSOE debe reconocer ni aceptar liderazgos mesiánicos que suplanten a los principios ideológicos y a los principios democráticos. Las adhesiones y fidelidades personales inquebrantables basadas en intereses diversos, debían desaparecer definitivamente del escenario orgánico y político en el PSOE.

Nuestras carencia internas trascienden hasta la ciudadanía y producen un preocupante desinterés y desconfianza social hacia el Partido y los partidos y profundiza en la mala imagen de la política, suponiendo un déficit democrático insostenible y de peligroso alejamiento de la ciudadanía y la militancia.
Una organización que renuncia a incidir en su entorno más inmediato o que sea percibida con desconfianza y como parte del problema por la ciudadanía, no tiene sentido y no tiene soporte estatutario en el PSOE. Se trata de devolver la ilusión en un verdadero proyecto de izquierdas a la militancia y simpatizantes socialistas que que ésto vuelvan a sentirse motivados para transmitir las ideas de progreso y cambio hacia su entorno más inmediato.

Se trata por tanto, de la necesidad de ampliar la democracia interna, participativa y deliberativa y, que todos y cada uno de los órganos de dirección recuperen y ejerzan plenamente, con el rigor de la ética, las funciones que tienen encomendadas. Las comisiones ejecutivas no tienen encomendada entre sus funciones el suplantar otros órganos superiores de participación y decisión del partido. La totalidad de los poderes del Partido no deben acumularse en las figuras de las secretarías generales y sus ejecutivas y menos aún, concentrase en la figura de uno o varios candidatos electorales o personas ya elegidas, quienes desde arriba impartirán la verdad verdadera. Las comisiones ejecutivas en sus diferentes ámbitos, deben ser la expresión de la realidad plural interna de la Organización, al igual que el resto de órganos deliberativos y ejecutivos.

PROPUESTAS PARA ORGANIZAR UN NUEVO MODELO DE PARTIDO

El PSOE es un partido marcado por un vasto carácter federalista en su composición y estructura territorial y en sus principios políticos, por lo que hay que aplicar dichos principios a todos los niveles, garantizando que las decisiones y opiniones de las direcciones políticas e institucionales se vayan conformando con las que surgen libremente desde las bases. La democracia orgánica en un partido democrático, no solo se mide por su naturaleza representativa sino también por su carácter participativo y deliberativo formando parte de un todo  indivisible.

Hemos de situarnos en la realidad de los nuevos paradigmas del siglo XXI, con los valores propios del socialismo: el internacionalismo humanista y el respeto universal a la diversidad y a toda la ciudadanía. Para ello, la articulación de una potente ala de izquierdas en el PSOE reequilibraría esos déficits y motivar a un electorado muy ampliamente alejado de las posiciones gnomónicas en la dirección del Partido.

Además la actual coyuntura, en la que venimos perdiendo elecciones tras elecciones, militantes, espacio político en el nuevo espectro social y carentes de dirección política invita a considerar indispensable  una amplia regeneración y transformación que debe abarcar diversos ámbitos, desde la manera de interpretar la política, pasando por la forma de comunicarnos, relacionarnos y contactar con la sociedad, hasta estructura interna de funcionamiento.

Muchas son las voces que desde dentro y fuera del Partido vienen reclamando una regeneración democrática y la democratización de la estructura de funcionamiento. Nuestra militancia se siente mayor de edad , con mayor capacitad de decisión y reclama con claridad hacerse oír en los órganos de decisión y debate.

El mundo en el que vivimos hoy, nada tiene que ver con el del inicio de la andadura democrática vigente. Hoy en día los modernos medios de comunicación permiten la expresión directa e inmediata de las personas, así como un flujo de información mucho más ágil, amplio, diverso y multidireccional. Estos nuevos medios de comunicación de masas ha contribuyen ea democratizar la expresión y difusión de la palabra, de la opinión, lo que aporta una nueva percepción de la realidad que debe verse reflejada en las estructuras de nuestro partido. La ciudadanía de hoy, y la militancia socialista no es menos, se ha acostumbrado a expresarse públicamente y a diario y quiere ser oída.

Por otra parte, la corrupción en todos los ámbitos y particularmente en el seno de los partido, ha generado entre otras, la tendencia a considerarla como un mal endémico a la política que desilusiona, desacredita la acción política y se tiene la percepción de que no forma parte de la solución de los problemas, por lo que se abunda en la desafección social.

Analizada de manera somera la incidencia que la coyuntura histórica en la que nos encontramos tiene sobre el conjunto  de la sociedad, sobre la política como acción transformadora para el bienestar y sobre los partidos como herramientas para mejorar las condiciones de vida de la ciudadanía, es momento de afrontar con energía y voluntad las propuestas de transformación que debe afrontar nuestro partido para adecuarse a los tiempos, responder a las expectativas de nuestra militancia y del conjunto de la ciudadanía para convertirse en un partido moderno que sea fiel reflejo de la sociedad a la que aspira representar, dirigir y mejorar.

Propuestas:

Desde hace mucho tiempo, la militancia viene demandando el fin del voto delegado en los órganos de decisión, principalmente en los congresos, y para asuntos referidos a la elección de cargos orgánicos principales (secretaría general) y candidaturas electorales, así como la toma de decisiones de gran calado, por lo que hay que favorecer que los órganos de dirección del partido, a todos los niveles, estimulen el debate democrático abierto a la participación, así como a la necesaria renovación de ideas y de personas.

Es verdad que en los últimos tiempos se han dado pasos en la buena dirección, como la celebración de primarias para la elección de la secretaria general, la candidatura a la presidencia del gobierno y a las municipales en municipios mayores de 20.000 habitantes. Avances que nos han convertido en el partido que más voz ha dado a la militancia de manera real y con garantías, sin embargo no es suficiente porque la militancia ansía más capacidad de decisión y de participación que debe hacerse efectiva, pues es la base y la razón de la existencia y pervivencia del partido.

Garantizar el pluralismo interno y el respeto a las minorías en todos los órganos ejecutivos, deliberantes y de control del Partido. Para  ello se aplicarán formulas de mayoría corregida que permitan integrar la diversidad, teniendo en cuenta criterios de proporcionalidad, para evitar monopolios y exclusiones.

Elección mediante el método de elecciones PRIMARIAS de los candidatos a cargos públicos u orgánicos representativos. Las elecciones primarias internas se deben utilizar para elegir los candidatos a la Secretaría General del Partido. Para Presidente de Gobierno, Presidentes de Comunidades Autónomas y Alcaldes de poblaciones de más de 10.000 habitantes. Han de ser abiertas y a dos vueltas cuando se presenten dos o más candidatos.

Las primarias no deben exigir la presentación de avales de la militancia del censo real de cada ámbito que corresponda en cada proceso, por lo que se hace indispensable una correcta actualización de los censos de militantes y transparencia en el uso de los mismos.

Elección de los cargos de representación orgánica e institucional por el sistema de listas abiertas en las asambleas de cada agrupación con factor de corrección.  Los/as candidatos se autoproponen o son propuestos a las agrupaciones provinciales por sus agrupaciones locales. Luego las agrupaciones provinciales hacen públicas las listas de posibles candidatos/as y finalmente la militancia en sus respectivas agrupaciones los votan a través del procedimiento del voto secreto y en urnas.

Promocionar y favorecer la participación de la militancia garantizando la consulta sobre cuestiones fundamentales no contenidas en las resoluciones de los congresos ni  en los programas electorales, tales como pactos electorales, modelo territorial, reformas constitucionales, etc.

Reconocer la pluralidad y diversas sensibilidades internas en el Partido y favorecer la organización de Corrientes de Opinión, para lo que sería preciso dotarse de un Estatuto de las Corrientes de Opinión del PSOE, en desarrollo del Art 4 de los actuales Estatutos Federales del partido y garantizar la presencia con voz propia en los órganos de participación y dirección en los diferentes ámbitos territoriales.

Modificar y flexibilizar los reglamentos de Asambleas y demás órganos de participación y decisión para favorecer el debate político, garantizar la pluralidad, la participación, la información y el control de los militantes y propiciar doble turno de réplicas de la militancia.

Aplicar el principio de incompatibilidad de cargos orgánicos e institucionales en los mismos ámbitos evitando la acumulación y concentración de poder en pocas manos.

Limitación de mandatos, tanto institucionales como orgánicos, a un máximo de 2 mandatos y 8 años.

Obligatoriedad de que todos los cargos públicos y orgánicos del Partido rindan cuentas de su gestión ante los órganos que los han elegido.

Establecer y regular la capacidad de la propia militancia para revocar los cargos electos aún dentro del período para el que fueron elegidos.

Realización de asambleas abiertas y periódicas, para afiliados y no afiliados, sobre temas de actualidad y de interés social general en cada ámbito.

Establecer planes de trabajos periódicos en cada agrupación socialista (Casas del Pueblo) que contengan como mínimo para la militancia y simpatizantes la formación política y el conocimiento de la historia del Partido, así como  que posibilite la participación ciudadana y el desarrollo de actividades para lo que se recomienda, crear en cada Agrupación Local una asociación cultural que lleve el nombre común de “Casa del Pueblo”, abiertas en miembros a la ciudadanía progresista, para organizar actividades culturales, de formación, con los jóvenes y con la colaboración de movimientos ciudadanos, ONG’s, asociaciones vecinales, culturales o formativas.

Favorecer la participación de la ciudadanía en la vida del partido mediante un censo de simpatizantes actualizable anualmente. Los simpatizantes tendrían derecho a voto en las elecciones primarias a cargos institucionales y, también derecho a voz para expresar sus ideas, propuestas e inquietudes en el seno del Partido.

Aplicar una amnistía general para todas y todos aquellos compañeros que han sido represaliados por motivos exclusivamente ideológicos, incluyendo el sobreseimiento y archivo de todos los expedientes que por esos motivos estén en curso actualmente.