viernes, 7 de abril de 2017

REORGANIZAR EL PSOE PARA RECONSTRUIR LA SOCIALDEMOCRACIA Y LA IZQUIERDA

Nos encontramos en una etapa de la historia donde el neoliberalismo ha impuesto su modelo capitalista y político y ha generado la conciencia colectiva de que es la única alternativa viable para el crecimiento económico y el desarrollo social, desplazando a la izquierda en general y al socialdemocracia en particular del atisbo de alternativa viable ante las desalmadas políticas de la derecha. Lo que nos sitúa en una necesaria reconstrucción ideológica del proyecto socialista y de la izquierda, que debe pasar por recuperar la identidad y los valores históricos del socialismo democrático.

Para ello, parece necesario renovar los equipos procediendo al relevo de dirigentes y adecuar con profundidad el funcionamiento interno del Partido. Pero volveríamos a cometer un nuevo error que nos alejaría de la realidad social, si -con el pretexto de mirar al futuro o hacer un PSOE fuerte y unido desde la visión sesgada de la actual élite dirigente- se impone una fallida salida a la actual crisis política y orgánica e incongruente con el compromiso socialista.

La democracia interna y el funcionamiento orgánico del partido, debe corresponderse con su trayectoria histórica de partido abierto, plural y participativo, donde las diferentes sensibilidades contrastan propuestas y se integran en una decisión adoptada democráticamente, sin que la opinión mayoritaria excluya la integración de las aportaciones minoritarias , al corresponderse con los intereses y propuestas del bloque social de progreso que nos apoya.

En ningún momento, el PSOE debe reconocer ni aceptar liderazgos mesiánicos que suplanten a los principios ideológicos y a los principios democráticos. Las adhesiones y fidelidades personales inquebrantables basadas en intereses diversos, debían desaparecer definitivamente del escenario orgánico y político en el PSOE.

Nuestras carencias internas trascienden hasta la ciudadanía y producen un preocupante desinterés y desconfianza social hacia el Partido y los partidos en general y profundiza en la mala imagen de la política, suponiendo un déficit democrático insostenible y de peligroso alejamiento de la ciudadanía y la militancia. Una organización que renuncia a incidir en su entorno más inmediato o que sea percibida con desconfianza y como parte del problema por la ciudadanía, no tiene sentido y no tiene soporte estatutario en el PSOE. Se trata de devolver la ilusión en un verdadero proyecto de izquierdas a la militancia, simpatizantes  y votantes socialistas y al conjunto de las clases trabajadoras para que éstos vuelvan a sentirse motivados para transmitir las ideas de progreso y cambio hacia su entorno más inmediato.

Se trata por tanto, de la necesidad de ampliar la democracia interna, participativa y deliberativa y, que todos y cada uno de los órganos de dirección recuperen y ejerzan plenamente, con el rigor de la ética, las funciones que tienen encomendadas. Las comisiones ejecutivas no tienen encomendada entre sus funciones el suplantar otros órganos superiores de participación y decisión del partido. La totalidad de los poderes del Partido no deben acumularse en las figuras de las secretarías generales y sus ejecutivas y menos aún, concentrase en la figura de uno o varios candidatos electorales o personas ya elegidas, quienes desde arriba impartirán la verdad absoluta. Las comisiones ejecutivas en sus diferentes ámbitos, deben ser la expresión

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